Una interface de audio es uno de los elementos más indispensables dentro de la producción musical, si bien al iniciar a explorar un software o DAW en tu computadora, puedes lograr algunas cosas sin requerir de una, tarde o temprano será necesario adquirirla; a continuación te explicamos el porque y como elegir entre todas las opciones que hay para home studio.
Comencemos por hacer referencia que las computadoras usualmente vienen con tarjetas de sonido o placas de audio integradas, que nos permiten conectar nuestros audífonos o bocinas para escuchar música, disfrutar el sonido de una película o videojuegos.
También podemos conectar un manos libres para hacer llamadas o un micrófono dinámico para grabar nuestra voz, en general capturar cualquier señal de audio a través de la entrada auxiliar de la tarjeta de sonido, destacando que lo que viaja realmente a través de sus circuitos son 0 y 1; como pueden ver todos estamos identificados con la reproducción y grabación de sonido en una computadora, actividades que implican el manejo de audio digital.
Una interface es en esencia como cualquier tarjeta de sonido, pero ofrece entradas y salidas profesionales de audio, para conectar tanto micrófonos, como instrumentos, señales MIDI, etc; respecto a su calidad, van más allá de actividades multimedia, pues están diseñadas principalmente para desarrollar entornos de producción musical o diseño sonoro y lograr los estándares impuestos por la industria.
Las interfaces pueden ser añadidas en cualquier momento como un periférico y reemplazar el componente que viene de fabrica ensamblado en tu ordenador, son fáciles de adaptar a diferentes puertos y es precisamente por aquí donde debemos comenzar, por el protocolo de conexión; puesto que para home studio podemos encontrar interfaces USB, Firewire y Thunderbolt, también híbridas que conjugan protocolos, mismas que describimos a continuación.
Interfaces USB, son las más comunes que podemos encontrar dentro del abanico de posibilidades para elegir y las hay desde muy económicas para USB 2.0, porque este puerto está técnicamente en cualquier computadora un tanto actual; también encontraremos algunas interfaces que manejen USB 3.0 y USB-C, que si bien son más rápidos los protocolos, al utilizar pocos canales no es tan significativa la diferencia en un home studio, en un estudio profesional donde manejan muchas entradas y salidas simultáneamente si.
Interfaces Firewire, poco a poco han ido desapareciendo, porque ya no es común contar con este puerto en una computadora actual; aún podemos encontrar a la venta algunos modelos de diversas marcas, pero en su mayoría ya están descontinuadas; si tu computadora que usaras para producir música tiene este tipo de conexión y no piensas cambiarla próximamente, vale la pena invertir en una interface Firewire y así dejas libres los puertos USB para usar otros periféricos, como controladores MIDI por ejemplo.
Interfaces Thunderbolt, son las más rápidas si quieres manejar muchos canales en alta calidad, aunque hablando de un entorno de home studio ciertamente no será necesario, una de las ventajas que ofrece Thunderbolt es que reduce el tiempo de latencia de 4.5ms de una interface USB a 1ms, justificación suficiente para elegir una de estas, generalmente encontrarás modelos de gama media alta en adelante y son las que que implican una mayor inversión económica, como la Clarett 2Pre de Focusrite.
Interfaces híbridas, estas son las que pudiéramos llamar así porque ofrecen al menos dos tipos de conectividad, es decir que son compatibles con USB y Thunderbolt simultáneamente, otras con USB y Firewire, como la FCA610 Behringer.
Ya sabes cual elegir respecto a su conexión, ahora tienes que revisar las especificaciones de los mínimos requerimientos que establece el fabricante para funcionar correctamente, pues no basta con tener un puerto USB 2.0 para que todas las interfaces USB 2.0 sean compatibles; cuestiones como sistema operativo, si son para Windows, Mac o Linux, el tipo de procesador y memoria RAM, son datos de gran relevancia; afortunadamente esta información siempre está dispuesta en las páginas de los fabricantes.
Aclarado el tema de la conectividad y compatibilidad, es momento de adentrarnos en el tema de cuantas entradas y salidas físicas necesitamos para producir música en un home studio, mostraremos a continuación las configuraciones más comunes que podemos encontrar en interfaces de audio.
Las interfaces más básicas que recomendamos son las que tengan 1x2 canales, tienen al menos una entrada de micrófono y una para instrumento (guitarra/bajo), salida de audífonos, 2 salidas para conectar tus monitores, esta última puede ser balanceada (TRS) o desbalanceada (RCA) como en la UR12 Steinberg.
La siguiente opción inmediatamente en la mayoría de los catálogos de fabricantes sería una interface de 2x2 canales también, pero esta vez en vez de tener una sola entrada para conectar un micrófono, tiene 2, eso te permite aplicar algunas técnicas de microfoneo, como usar un micrófono para grabar el sonido del rasgueo y otro el traste de una guitarra acústica; también tienen 2 entradas para instrumento, así puedes grabar guitarra eléctrica y bajo eléctrico al mismo tiempo, una salida de audífonos y 2 salidas para monitores que siempre estará balanceada (TRS) en este tipo de modelos, garantizando una señal lo más estable posible al reproducir y sin interferencias; además ya cuentan con entrada y salida para señales MIDI, como la Rubix22 de Roland.
Hay otro modelo un tanto semejante, pero en vez de ser 2x2, es 2x4, misma cantidad de entradas, solo aumenta su cantidad de salidas, dos más y da un total de 4 salidas mono o 2 estéreo, las salidas pueden servir para realizar envíos en una presentación en vivo, como la Rubix24.
Si necesitas más canales porque grabas varios instrumentos o señales simultáneamente en tu home studio, una interface que ya podemos considerar como mediana sería la que maneje 4x4, es decir 4 de entrada para micrófono o instrumento y 4 de salida, también tendrán entrada y salida MIDI, algunas hasta 2 salidas de audífonos, como la US-4x4 TASCAM.
Como han podido ver las interfaces van escalando por múltiplos, ya vimos de una entrada para micrófono, de 2, 4 y el límite que podemos establecer para un home studio es una de 8x8, 8 entradas con 8 salidas simultáneas, entrada y salida MIDI, 2 salidas de audífonos en algunos modelos; con esta ya puedes grabar una banda, cubre la batería que es el instrumento que mayor cantidad de micrófonos puede llevar en una toma; muchos modelos disponibles con estas características, como la M-Track Eight M-AUDIO.
Cuando todo parece resuelto para elegir una interface respecto sus entradas y salidas, te darás cuenta que algunas dicen ser de 16 bits, otras de 24 bits, unas de 48 kHz, 96 kHz y hasta 192 kHz, esto se debe a los conversores digitales; para no entrar en muchos detalles técnicos sobre la profundidad de bits y frecuencia de muestreo (Hertz), comenzaremos por dejar en claro que cualquier interface moderna supera por mucho los estándares de la grabación digital en sus inicios; como ejemplo las interfaces más económicas son de 16 bits/48 kHz y con estas puedes lograr producciones en calidad CD (16 bits/44.1 kHz), un estándar de distribución de la música.
En resumen mientras más bits tenga una interface, más valores tendrá para representar una señal de audio y esto se traduce a mayor rango dinámico en una grabación; ejemplo a 4 bits = 24 dB, 16 bits = 96 dB, 24 bits = 144 dB, destacando que si bien a 24 bits se tienen casi 17 millones de valores posibles, una señal analógica tiene infinitas posibilidades de valores que nunca logran ser cubiertas.
Respecto a la frecuencia de muestreo en una interface, 48 kHz se refiere a 48,000 muestras tomadas en un segundo, así pues cumpliendo con el teorema de Nyquist, que para poder convertir una señal digital el muestreo debe ser al doble o mayor del rango de frecuencias audibles, que es 20,000 Hertz, el doble es 40,000 y 48,000 es mayor al doble, así pues es suficiente 48 kHz; ahora imaginemos lo que sucede cuando la frecuencia de muestreo es de hasta 96 kHz, 96,000 muestras por un segundo, es el doble, indudablemente cumplirá con su objetivo de sobremanera, lo cierto es que aunque hay también interfaces a 192 kHz, es muy difícil diferenciar el resultado entre una de 96 kHz y otra de 192 kHz.
Actualmente la mayoría de interfaces accesibles en precio y las más costosas son de 24 bits/96 KHz o 24 bits/192 kHz, así pues vamos dejando en claro que otros factores determinan la diferencia de calidad y costos que hay entre todas las opciones para elegir, por ejemplo el tipo de preamplificador para micrófono que poseen, chips de procesamiento de señal y modelado de micrófonos, reloj para sincronizarse con otros dispositivos, como la Discrete 4 de Antelope Audio.
Como pudieron ver, hay muchas opciones para elegir, la que mejor te conviene es la que se adapté a todos los factores que antes mencionamos, a tu presupuesto principalmente; pues como por ahí se dice, "no es el equipo que tienes, es tu oído", invierte principalmente en conocimientos y eso te dará grandes resultados en tus producciones siempre.
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